Blogia
umachacuy

los cines y la reventa

El cine Cervantes esta ubicado unos pasitos mas arriba del otrora distinguido cine Opera. Este ultimo a diferencia del primero solo tenia luneta y pullman y no tenia gallo que era donde los desposeidos y vendedores de pencos se deleitaban con la coboyadas, filmes acerca de esos desalmados jinetes del oeste con pistolas colt en cartucheras de cuero y botas con relucientes espuelas donde los protagonistas eran los bandos de contararios y los "jovencitos".

Aun esta vivido en mi memoria la cara curtida por el sol de Julianno Jema y el mostacho del ojos azules de Franco Nero.

Todos queriamos ser por ese entonces los jovenctios que armados con nuestras pistolas de mandibulas de cordero de las caldos que se vendian en la Plazuela Ballivian, correteabamos disparando a quemarropa nuestros cartuchos al aire por los recovecos de la vieja casona.

Como bien decia el famoso cine Cervantes cuyo dueño fue el Duro Guerra, asiduo cliente de las putas del canto, era el lugar de moda para invitar a la furtiva enamorada a la cual se declaraba los amores entre refrescos de colores en bolsitas de nylon y tostado de habitas y algun que otro caramelo, pero no era ese el proposito de nuestras visitas.

Los domingos a eso de las once o doce del dia, acompañabamos al cuasi-hombre-de-negocios Juan Carlos Berindoague a las proximidades del cine y nos parabamos en las largas filas para procurarnos entradas SOLO para luneta cabe recalcar para luego revenderlas y con la ganancia naturalmente subir a gallo a disfrutar de los cines de forma gratuita.

Un domingo de esos en medio de la muchedumbre de enamorados y amantes del septimo arte vi a unos botudos j'hachus que irrumpian con sus palos negros y pitos de aluminio a arrestarr a unos supuestos revendedores de entradas y yo sin pensarlo dos veces sali para la calle y empeze a correr hacia arriba rumbo al Cine America para evitar tal detencion, lamentablemente, Charles no corrio la misma suerte porque el estaba inmerso haciendo transacciones financieras con los clientes de turno y se olvido y se hizo cojer.

Yo ya mas recuperado y sin jadear volvi a la escena de los hechos y vi al primo que era conducido por 2 jachus, encadenado y con una capucha en la cabeza para no delatar el paradero. Asi, sin mas ni mas se lo llevaron alla por la Iglesia de San Bernardo a un centro de detencion de juveniles.

No se como se enteraron las parentulas del citado ciudadano que llamaron al Prefecto del Departamento quien es tambien Comandante del Ejercito para que inmediatamente y sin consecuencias posteriores ordene la liberacion del detenido porque como se podia concebir que el nieto de un ilustre magistrado termine encarcelado?

Pero la orden llego tardia porque los cancerberos del orden ya habian aplicado la de rigor, que en casos de reventa de entradas requeria el rapado del cabello.

Dos horas mas tarde con la abuela a cuestas vi al primo que lo habian rapado o mejor dicho los peluqueros penitenciarios le trasquilaron la melena con cortadora de cesped. Ante este hecho yo di gracias a Dios por haberme hecho tan rapido como una gacela porque Charles al no poder correr lo atraparon y ahora parecia un conscripto de esos que los milicos amontonan en caimanes en las famosas redadas de reclutas y claro esta me cague de la risa.

Paso un tiempo y un dia Charles se aparecio en el cuarto de abajo con el cabello completamente reformado, con unos caneloncitos relucientes, el muy picaro se habia hecho la permanente.

Yo quise saber el porque de tan drastico cambio de apariencia y postura, me respondio con confidente voz
"esta demostrado que la permanente es dificil de rapar en caso de que seas detenido por contravenir las ordenazas municipales que prohiben la reventa de entradas a espectaculos publicos" ante tal respuesta me quede atonito pero me dije para mis adentros que permanentes ni que ocho cuartos lo mejor es tener las piernas agiles.

Varios años despues el primo se graduo de Ingeniero y aunque se que trabaja bien no estoy seguro si aun continua revendiendo entradas.

0 comentarios