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El Panteon

Wálter Solón Romero

<H2>Wálter Solón Romero</H2>

LA VIDA DE SOLON



Solón es uno de esos pocos personajes artísticos que le han dado al mundo una trayectoria tan fecunda y diversa de obras, enseñanzas, medios artísticos y valores humanos. En Uyuni-Bolivia, hoy un pueblo perdido en las proximidades de un mar de sal, nació Solón el 8 de noviembre de 1923.

La vida de Wálter Solón Romero se asemeja a la del Quijote que pinta. Su idealismo le mete en problemas con los poderosos. Sus días en la tierra son encuentros con figuras memorables, con eventos trascendentales. Ningún tours organizado le aceptaría a Solón como cliente porque sus viajes precarios harían temblar a los demás viajeros. De la pobreza de su juventud nace un artista que implora a los que pregonan el arte por el arte: "Tenemos una realidad y no debemos ignorarla".

Sin embargo, a pesar de accidentes casi fatales, hospitalizaciones angustiosas, encarcelamiento, tortura, exilio, la detención y desaparición de José Carlos, el hijo de su esposa y compañera de toda su vida, Walter Solón Romero sigue siendo un hombre de ternura, un hombre de familia, un idealista, un pintor del pueblo, un artista total que abarca todos los géneros.

La vida de Wálter Solón Romero, es la historia de casi un siglo, dramática, apasionada, y sobre todo, extremadamente creativa. Veamos la vida de Solón desde las inmensas distancias de Uyuni hasta su último combate con la muerte en 1999.

Los Muralistas Mexicanos

Los Muralistas Mexicanos

Diego de Rivera



(1886-1957) Pintor mexicano, n. en Guanajuato y m. en la ciudad de México. Con Orozco y Alfaro Siqueiros, constituye la gran tríada muralista de México, nación que figura a la cabeza del mural en el mundo. Estudió en la mexicana Academia de San Carlos con Santiago Rebull y José María Velasco. Luego (1907) perfeccionó sus estudios en Madrid con Eduardo Chicharro. En los años formativos de estudio y trabajo (1907-21) que pasó en Europa -España, Francia, Italia- asimiló las principales tendencias y en sus dos etapas iniciales, paradójicamente, refleja tanto la realista de Zuloaga y Chicharro como la cubista de Gris y Picasso. Pero, identificado con el movimiento comunista, reniega en su país de la educación estética recibida en Europa y, recogiendo la tradición india y negra, aunque sin olvidar la técnica europea, enarbola el mural como estandarte de su indigenismo y su apostolado marxista. Con su vigoroso y original estilo representa la resolución y síntesis de los más distintos movimientos culturales: la técnica europea, a la que debe su sabia estructuración decorativa; el más genuino sentimiento popular, que impregna sus obras de mexicanismo; y su ideario social, que hace de su arte un vehículo de propaganda. Fundador en su país del Partido Comunista, visitó la Unión Soviética en 1927-28 y persuadió a su gobierno a que concediese asilo político a Trotski (1936), lo que le valió la expulsión del Partido. En 1930-34 vivió en Estados Unidos, donde realizó los murales de la Escuela de Bellas Artes de San Francisco, del Instituto de Bellas Artes de Detroit y del Rockefeller Center de Nueva York, destruido después por contener un retrato de Lenin. En México decoró la Secretaría de Educación, la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, el Palacio de Cortés, en Cuernavaca, el Palacio Nacional y el Palacio de las Bellas Artes (México, D. F.).


Alfaro Siqueiros, David





(Chihuahua, México, 1896-Cuernavaca, id., 1974) Pintor y muralista mexicano. Activo políticamente desde muy joven, interrumpió sus estudios de arte para alistarse en el ejército de Venustiano Carranza. Al finalizar el conflicto, se trasladó a Europa para continuar sus estudios. Tras su regreso a México en 1922 participó en la elaboración de los murales de la Escuela Nacional Preparatoria. Durante toda su vida viajó por varios países, sobre todo Estados Unidos, Rusia, Argentina y Chile, a veces por motivos profesionales y otras por motivos políticos. Estuvo dos veces en la cárcel en México, la primera en 1930 y la segunda en los años sesenta. Siqueiros fue, junto con Rivera y Orozco, uno de los padres de la escuela muralista mexicana. Al igual que ellos, compartió su fervor por la revolución y la exaltación del pasado precolombino, siempre desde un enfoque nacionalista y marxista, que plasmó en un arte de dimensiones monumentales y gran fuerza dramática. Buena muestra de sus frescos está expuesta en el Sindicato de Electricistas y en el Palacio de Bellas Artes de México, en la ciudad de Chillán (en Chile) y en la Chouinard School of Art de Los Ángeles. Dos de sus títulos más conocidos son Proceso al fascismo (1939) y Muerte al invasor (1940), este último dedicado a la conquista de América. Su obra se caracteriza por el dinamismo y la movilidad compositiva, así como por una búsqueda de efectos dramáticos mediante el uso de la luz y el tratamiento escultural de las figuras y los fondos. Contiene, además, una fuerte componente didáctica, capaz de reunir pintura, escultura y arquitectura en pos de una nueva dimensión artística cuyo punto de partida es la realidad. Su anhelo por conseguir una reciprocidad entre las diferentes técnicas pictóricas y la más moderna tecnología, le llevó a crear un taller experimental de arte en Nueva York.

Orozco, José Clemente





(1883-1949) Muralista y litógrafo mexicano, n. en Zapotlán (Jalisco) y m. en Ciudad de México. Graduado en la Escuela Nacional de Agricultura, estudió más tarde matemáticas y dibujo arquitectónico. A los 26 años cobró interés por el arte y con Diego Rivera dirigió pronto el renacimiento mexicano. Sus primeros trabajos consistieron en litografías de la vida indígena; pero, interesado en la pintura mural, logró un perfecto dominio de su técnica. Pintó murales para el Colegio Pomona de California, para el Dartmouth College y la New School for Social Research de Nueva York. La decoración de esta última, un verdadero fresco, pues fue pintada sobre yeso húmedo, fue la primera de este tipo que se hiciera en Nueva York. Pintó numerosos murales en importantes edificios mexicanos, especialmente en el Palacio de Bellas Artes y la Universidad de Guadalajara, y en 1940 fue designado por el presidente Cárdenas para decorar el nuevo edificio del Tribunal Supremo de México. El afán de lograr en sus cuadros recios efectos emotivos dio a sus obras simplicidad de línea y color y prestóles audacia en la interpretación de motivos contemporáneos y valores sociales. Pueden admirarse también muestras de su arte en la residencia del gobernador y capilla del Orfanato de la ciudad de México. Está enterrado en la Rotonda de Hombres Ilustres de la capital mexicana.